Vuelve un hijo de la casa. Después de mucho tiempo, una gran carrera y muchos logros en su haber, Sebastián Álvarez regresa al club que lo vio nacer y es un refuerzo de lujo desde lo futbolístico, la jerarquía, el sentido de pertenencia y el liderazgo que puede ofrecer no sólo desde su lugar en la cancha, sino también por conocer como pocos dónde va a jugar y lo que significa el Papero.
Nacido en Otamendi el 30 de noviembre de 1992, vuelve en un muy buen momento, donde todavía tiene muchísimo para dar, pleno, luego de jugar la última temporada en la Primera Nacional con Chacarita.
Sus comienzos, obviamente, fueron en Círculo. Ahí hizo todas sus inferiores hasta que en 2008 tuvo su primera oportunidad de despegar y se fue a Defensa y Justicia. Dos años después volvió y jugó en Primera: el último partido fue como visitante de Boca a fines de 2010.
A principios de 2011 se fue a Vélez a continuar con su formación y estuvo dos años y medio en uno de los mejores semilleros del país. El fútbol de ascenso fue su destino y los ascensos, una marca registrada. Vino a Unión de Mar del Plata y formó parte del histórico logro del «celeste» que llegó a la B Nacional en 2014 y donde permaneció dos años y medio.
En Camioneros estuvo cuatro años y también dio el salto del Federal B al Federal A, lo mismo que consiguió después con Ciudad de Bolívar. Después fue dos temporadas referente indiscutido de uno de los equipos más grandes de la categoría, Olimpo de Bahía Blanca, y se ganó un año más en la máxima categoría del ascenso en Chacarita.
El corazón lo devuelve a Otamendi con su familia, con sus amigos, con su gente, con su Club. Álvarez vuelve a Círculo y es la mejor noticia para cerrar el año y comenzar a armar lo que viene en el Papero.
¡Gracias por volver a 🏠 Seba!